Vanitas


No se oye ruido; sólo el roer de las carcomas y gusanos tan solamente se percibe.


“Si tuviéramos delante la Verdad, esta es, no hay otra,la mortaja que hemos de llevar, había de ser vista todos los días; por lo menos con la consideración que si te acordaras que has de ser cubierto de tierra y pisado de todos, con facilidad olvidarías las honras y estados de este siglo; y si consideras los viles gusanos que han de comer ese cuerpo, y cuán feo y abominable ha de estar en la sepultura, y cómo esos ojos, que están leyendo estas letras, han de ser comidos de la tierra; y esas manos han de ser comidas y secas; y las sedas y galas que hoy tuviste se convertirán en una mortaja podrida; los ámbares en hedor; tu hermosura y gentileza en gusanos; tu familia y grandeza en la mayor soledad que es imaginable,.
       Mira una bóveda: entre en ella con la consideración y ponte á mirar tus padres y tu mujer (si la has perdido), los amigos que conocías; mira qué silencio. No se oye ruido; sólo el roer de las carcomas y gusanos tan solamente se percibe. Y el estruendo de pajes y lacayos, ¿dónde está? Acá se queda todo; repara las alhajas del palacio de los muertos, algunas telarañas son. ¿ Y la mitra y la corona? También acá la dejaron. Repara, hermano mio, que esto sin duda has de pasar, y toda tu compostura ha de ser deshecha en huesos áridos, horribles y espantosos, tanto, que la persona que hoy juzgas más te quiere, sea tu mujer, tu hijo ó tu marido, al instante que expires se ha de asombrar de verte, y á quien hacías compañía has de servir de asombro.”
Miguel de Mañara,
Discurso de la Verdad, Sevilla, Junio de 1672.




Crucifixión











Cabeza de San Juan Bautista










Cabeza de San Pablo













Finis Gloriae Mundi








Éxtasis de Santa Teresa








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