Sanctus

"Es difícil expresar con palabras lo que el Cristo de Juan Toledano produjo en mi la primera vez que lo ví. Porque posiblemente las palabras no signifiquen nada, porque posiblemente el tiempo que las carga no sea suficiente para explicar lo que se recoge en un momento, en una mirada, lo que se siente cuando se ve la luz en la sombra, la imagen de plata que emerge de la oscuridad, del caos, de la violencia que se expresa en la muerte, del Cristo sin rostro que yace entre las sombras.
Juan Toledano, joven artista recién salido de la facultad de Bellas Artes de Salamanca no necesita del vanidoso tiempo de las palabras, sino que con sólo un pincel es capaz de materializar la eterna imagen del Cristo.

Todo en él es contradictorio, como contradictoria es la propia iconografía de un dios eterno que muere. La materia y la eternidad, la luz en la oscuridad, el caos en la composición, es la particular forma que tiene Juan de aunar todos los cristos vivos en nuestras retinas, en uno solo, y es que no es difícil ver en él el recuerdo del sofisticado crucificado de Velázquez, del clásico Goya o del terrorífico Bacon. Y eso es precisamente lo que hace tan excelente a este Cristo de Juan, porque a pesar de todo lo visto, porque a pesar de las imágenes sobre el tema almacenadas en nuestra cabeza, sigue resultándonos impactante, nuevo y terrible, y eso es algo que sólo lo artistas con mayúsculas son capaces de hacer.

El neobarroquismo de este artista que presentamos en nuestra exposición le hace romper con las líneas de referencia estética de estos tiempos, y por eso mismo es alguien tan especial. Gran parte de sus obras versan sobre temas religiosos, con la típica iconografía propia de la tradición occidental, sin embargo no hay nada mejor que su reinterpretación violenta del San Bartolomé descarnado al rojo vivo, de su muerte negra de la vánitas o de la grandeza de su San Miguel amenazante.

Desde luego sus imágenes no invitan al reposo o al rezo, sino al arrepentimiento que provoca el miedo. Su Cristo es todo esa violencia sombría en la paz de la muerte blanca. Su Cristo es la matérica pintura capaz de enterrar las palabras en una sola imágen capaz de dejarnos mudos."

María Teresa Sánchez Barahona 
Historiadora del Arte




Cristo crucificado















Arcángel Miguel














San Jerónimo











San Pablo Ermitaño













Arcángel Miguel















Cristo crucificado













Gabriel Arcángel











San Bartolomé








  
San Francisco